Destinos preferidos para extranjeros en la Costa del Sol

El clima de Costa del Sol es, sin duda, uno de los rasgos que hace tan atrayente esta región malagueña a los ojos de españoles y extranjeros por igual. La calidez de su sol, que brilla durante casi todo el año, la hace un destino playero perenne. Además, su oferta turística lujosa y variada, capta al turismo internacional más exclusivo del mercado.

Es posible llegar a esta región malagueña y desplazarse dentro de ella por diversas vías en transporte terrestre, acuático y aéreo a través del Aeropuerto de Málaga Pablo Picasso. De hecho, precisamente la vialidad es uno de los ítems que hacen de esta ubicación privilegiada. Está muy bien conectada.

Las actividades que usualmente sostienen quienes la visitan son diversas, pero casi todas mantienen el lujo como un estándar. El deporte es una actividad habitual en la zona con énfasis en el golf. Los parajes turísticos de interés histórico y arquitectónico son prominentes con sus líneas y blanco andaluz que llevan a viajar por el tiempo.

Las áreas dedicadas a monumentos naturales, vida animal y ecología también son bien cotizadas. El shopping y la movida nocturna son otras de las actividades atractivas para los visitantes. En cuanto a la gastronomía, como hemos de esperarnos, los costasoleños tampoco se han quedado atrás ofreciendo a sus comensales potajes y guisos con buqué mediterráneo que varían de región a región. Sea en un chiringuito o un restaurante de lujo, la comida de esta región tiene su propia firma.

Con el paso del tiempo, hemos visto como el turismo en la zona se ha afianzado, lo que le ha proporcionado beneficios tanto a los consumidores como a los locales que ofrecen el servicio. Estos últimos, los locales o proveedores de productos y servicios, han refinado la oferta a lo largo del tiempo inyectándole calidad. La realeza del mundo árabe y de Inglaterra, por ejemplo, son extirpes que hacen de la costa su centro vacacional por excelencia.

Ni siquiera la pandemia de COVID-19 pudo destituir el crecimiento del sitio. Tras un breve período de estancamiento, se tomaron las medidas necesarias y se reimpulsó el turismo en la zona para recuperar el crecimiento del mercado inmobiliario que desde el 2018 se venía sosteniendo. Incluso, está previsto que el turismo en verano del corriente año aumente en más del 50 %.

Tomando en cuenta lo anterior y todo aquello que las palabras no logran describir, no es sorpresa que cada vez más personas estén interesadas en Costa del Sol. Podemos decirte que se ha convertido en un buen lugar para comprar segundas viviendas que disfrutar durante las vacaciones y de resto dejarlas generando ingresos pasivos. La rentabilidad de la región es tal que en los últimos años los bancos han agilizado la atribución de créditos para la compra de inmuebles.

Indistintamente de las relaciones entre países europeos, principalmente las de corte político, desde la década de 1980 hay una tendencia que se mantiene más o menos estable con respecto a las operaciones de compra y venta realizadas por extranjeros. Esta ubica a los ingleses, alemanes y franceses en primer, segundo y tercer lugar respectivamente.

Un estudio sobre la propiedad de inmuebles en Andalucía que data del 2018 demostró que, en ese sector, 26.82 % de los propietarios extranjeros eran ingleses. Porcentaje de propietarios extranjeros que solo era superado por la conjunción de muchas otras nacionalidades.

Incluso sin manejar cifras exactas, se puede decir que la tendencia se inclinaba en ese entonces al alza de la cifra. De hecho, en la actualidad el público inglés es uno de los que más se esfuerza la industria por captar, sin tomar en cuenta las largas temporadas de frío y cielos grises que el país anglosajón es conocido por pasar.

Este fenómeno se pudiera explicar, grosso modo, hablando de tradición. Pero sería una explicación vaga porque no toma en cuenta el factor económico que, en Costa del Sol, con más fuerza en unas zonas que en otras, es excluyente. Es que Inglaterra, Francia y Alemania son países con economías fuertes y ciudadanos con un poder adquisitivo considerable.

En realidad, la realeza británica ha estado bebiendo las mieles de esta región durante al menos un siglo. La cocina, las compras, la tranquilidad y el lujo claramente están a la altura de consumidores de alcurnia. Pero, además, el turismo residencial tiene para ellos un valor especial que no necesariamente cumplen los hospedajes comerciales. Se trata de la privacidad y la discreción que ofrecen las urbanizaciones más fastuosas y que, por cierto, suelen ser en las que la demanda de inmuebles supera la oferta.

Marbella, Benalmádena, Mijas, Málaga Ciudad, Puerto Banús, Fuengirola y Estepona (entre otras) son localidades de la región que comparten similitudes y tienen sus particularidades. En este sentido, es común que un grupo determinado tenga preferencia por determinada región.

Fácilmente, podemos decir sin errar que Estepona, Benahavís y Benalmádena son los primeros tres puntos preferidos por los ingleses que habitan o residen de forma vacacional en la costa y, adicionalmente, que son algunas de las regiones en que el turismo residencial es la segunda opción en hospedaje para los viajeros de la zona superada solo por los hoteles de cuatro estrellas.

No debe perderse de vista, sin embargo, el hecho de que el turismo residencial no es el único imán de extranjeros a Costa del Sol. También hay una extensa comunidad internacional que se establece en la región de manera permanente y escogen su enclave en función de las necesidades particulares.

Por ejemplo, es común que las familias inglesas con integrantes jóvenes se inclinen por puntos donde las edificaciones sean más sencillas y haya colegios internacionales. En cambio, los alemanes son un tanto más ostentosos y se inclinan por mansiones y viviendas de acabados de máxima calidad. Mientras que la población francesa, más que inclinarse por alguna región en específico, le da extrema importancia a la vialidad y los accesos.

Según nos indican los más recientes estudios, las regiones específicas de la costa que prefieren los extranjeros son en este orden: Fuengirola, Mijas, Marbella, Benalmádena, Estepona y Torremolinos. Las cifras registradas según cada sitio pueden variar, puesto que se basa solo en los extranjeros que están formalmente registrados en el empadronamiento y no a los propietarios foráneos que no residen de manera permanente en el litoral.

El mercado inmobiliario y el sector turismo de Costa del Sol son áreas que han superado y transformado reveses significativos no solo para salir a flote, sino para crecer. El año 2011 los costasoleños vivieron un momento muy duro en materia económica.

Aunque Inglaterra no se retiró oficialmente de la Unión Europea hasta enero del 2020, desde que se comenzó a contemplar públicamente la posibilidad, hubo mucha inquietud en el mercado inmobiliario costasoleño porque los ingleses que ahí residiesen dejarían de percibir varios beneficios inherentes a los ciudadanos de la coalición.

Luego, la pandemia por la COVID-19 en 2020 llevó a la región —a todo el mundo en general— a una debacle económica en marzo, que además fue uno de los meses más duros. Afortunadamente, con planificación y trabajo, ya para septiembre vimos como la economía local se comenzó a recuperar y en la actualidad va rescatando el ritmo.

Aunque el sector inmobiliario se caracteriza por fuertes rasgos muy particulares de la región, tenemos que admitir que se trata de una región versátil en el sentido de que la oferta se adecúa a las necesidades del consumidor. En otros tiempos, la eficiencia energética quizá no contemplaba tantos ítems como en la actualidad. Sin embargo, cada vez más propiedades en venta ofrecen a los compradores paneles solares y otros mecanismos limpios y eficientes de generación, aprovechamiento y conservación de energía.

Con la medida preventiva de encierro han surgido necesidades incluso más recientes a las que las edificaciones han sido adaptadas. Ahora los compradores buscan espacios con áreas verdes, en algunos casos comunes en otros (a cambio de precios más altos) privados. Lo importante es que, incluso cuando no puedan dejar sus casas, tengan espacios donde respirar aire puro. Así mismo, el comprador post pandemia se inclina por espacios interiores más amplios y frescos.

Aunque 150 kilómetros de playas y al menos 300 días soleados y tibios por sí solos son mucho que ofrecer, están lejos de ser lo único que hace que Costa del Sol valga la pena. Es sencillamente un lugar donde no puedes aburrirte porque siempre hay algo que hacer. Si tu interés es la ropa y eres un as del shopping o si tienes una pasión por los pingüinos u otros animales marinos, ten la certeza de que en la costa malagueña podrás hacer lo que te gusta.

Son diversos los destinos preferidos de los extranjeros europeos en esta región. Pero, dejar el país de origen para establecerse en otro —incluso si se trata solo de unas vacaciones— implica que ese segundo país tiene algo que realmente vale la pena. Más de 144 000 habitantes de la costa son foráneos, en un universo de más de 500 000 pobladores (excluyendo a los no empadronados). Son 144.000 muestras de lo atractivos que son los destinos costaleños para toda Europa. ¿No te parece que es un lugar estupendo?